Uno de los efectos más visibles de esta política ha sido el drástico aumento de las deportaciones. En lo que va de 2025, las expulsiones de ciudadanos colombianos han alcanzado la cifra más alta en los últimos 30 años, un reflejo de un incremento generalizado en los vuelos de deportación hacia Latinoamérica. Este repunte se atribuye a un cambio de enfoque, priorizando las redadas en el interior del país a través del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). Además, la administración ha tomado medidas contra la inmigración legal, como la revocación de más de 6.000 visas de estudiantes extranjeros por violaciones legales o de estatus migratorio, incluyendo presuntos vínculos con terrorismo. Una de las políticas más controvertidas ha sido la separación de familias en la frontera. Un grupo de madres venezolanas, en una carta dirigida a la primera dama Melania Trump, clamó por la liberación de sus hijos, quienes fueron separados durante vuelos de deportación, exponiendo el “quiebre de la estabilidad familiar por motivos políticos”. La carta apela a su condición de madre para que interceda: “Le pedimos como madres que eleve nuestra voz, que ayude a nuestros niños a regresar a sus hogares”.
