La actividad diplomática se intensificó con una cumbre en Alaska entre Trump y Putin, descrita por ambos como “muy productiva”, aunque concluyó sin un acuerdo de paz concreto. Tras esta reunión, Trump recibió a Zelenski en la Casa Blanca, en un encuentro multilateral al que asistieron los líderes de Alemania, Francia, Reino Unido e Italia, así como la presidenta de la Comisión Europea y el secretario general de la OTAN. El objetivo de estas conversaciones es avanzar hacia un acuerdo de paz integral, superando la idea de un simple alto al fuego.
Trump ha propuesto una cumbre trilateral con Putin y Zelenski para sellar un pacto definitivo, afirmando que en “una o dos semanas” se sabrá si es posible resolver el conflicto. Sin embargo, su enfoque ha generado controversia, ya que ha presionado a Kiev para que acepte concesiones significativas, como renunciar a la recuperación de Crimea y abandonar sus aspiraciones de unirse a la OTAN, condiciones que, según Trump, permitirían a Zelenski acabar la guerra “casi de inmediato”. Además, ha introducido la discusión sobre “posibles intercambios de territorio”. Como gesto diplomático adicional, la primera dama Melania Trump envió una carta a Putin abogando por la paz en nombre de los niños.
Los líderes europeos, aunque apoyan el diálogo, han insistido en que un alto al fuego es un requisito previo para cualquier negociación sustancial y han respaldado las garantías de seguridad para Ucrania.