Esta estrategia ha generado tensiones con socios comerciales clave, amenazando con desestabilizar las relaciones económicas globales.
En una movida que retoma el proteccionismo de su primer mandato, el presidente Trump ha impuesto aranceles que oscilan entre el 10 % y el 40 % a un amplio grupo de naciones. Entre los casos más notorios se encuentra la aplicación de un arancel del 50 % contra Brasil, una decisión que se produjo tras el juicio contra el expresidente Jair Bolsonaro, y un 25 % contra India, un aliado estratégico en Asia. Según un análisis del medio Trochando Sin Fronteras, estas acciones no responden a una lógica puramente comercial, sino a un "chantaje político" con la intención de "castigar a quienes no se alineen con sus intereses y golpear cualquier intento de independencia económica".
Esta política también ha afectado las relaciones con Colombia.
A principios de 2025, una crisis diplomática entre Bogotá y Washington, derivada de la negativa de Colombia a recibir vuelos de deportados, escaló con amenazas de sanciones comerciales y arancelarias por parte de Estados Unidos. La estrategia de Trump contrasta con la de China, que ha ampliado su política de arancel cero para 53 países africanos, posicionándose como un contrapeso al "látigo arancelario de Washington".