El gobierno de Estados Unidos, bajo la administración Trump, ha intensificado su presión económica contra el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela. La fiscal general Pam Bondi anunció la confiscación de más de 700 millones de dólares en activos vinculados al mandatario y un aumento significativo en la recompensa por información que conduzca a su captura, que pasó de 15 a 50 millones de dólares. Esta ofensiva económica se suma a una serie de sanciones y acciones iniciadas desde 2017, que incluyen el congelamiento de activos y el bloqueo de reservas de oro venezolanas. La fiscal Bondi detalló que los bienes incautados comprenden una variedad de lujos, como "dos lujosos aviones, varias casas, una mansión en República Dominicana, varias mansiones en Florida, una granja de caballos, nueve vehículos, millones de dólares en joyas y dinero en efectivo". La medida se justifica en las acusaciones de Washington contra Maduro por liderar redes de narcotráfico y terrorismo internacional, asociadas al denominado "Cartel de los Soles", que Estados Unidos declaró como organización terrorista.
Estas acciones buscan debilitar financieramente al régimen y desincentivar el uso de estructuras estatales para actividades ilícitas.
La vicepresidenta ejecutiva de Venezuela, Delcy Rodríguez, ha respondido pidiendo la unión de los países latinoamericanos ante lo que considera "amenazas directas de intervención militar" por parte de Estados Unidos.
En resumenLa administración Trump ha reforzado su ofensiva contra Nicolás Maduro mediante la confiscación de más de USD 700 millones en activos de lujo y el aumento de la recompensa por su captura a USD 50 millones, buscando asfixiar financieramente a su régimen.