Los aranceles más altos se han impuesto a Brasil e India (50 %), mientras que otros países como Canadá (35 %) y México (25 %) también enfrentan gravámenes significativos.
La mayoría de las naciones sin acuerdos específicos afrontan una tarifa base del 10 %, que afecta a socios como Colombia. El presidente Trump ha justificado la medida como una respuesta a "prácticas comerciales injustas" que han perjudicado la economía estadounidense durante años.
Sin embargo, la política ha sido criticada por su potencial impacto en las cadenas de suministro globales y en los precios para los consumidores.
Países como China, principal competidor de EE. UU., han buscado activamente formas de evadir estas barreras, utilizando a México como una "puerta trasera" para sus productos.
Mientras tanto, la Unión Europea, el Reino Unido y Japón han logrado acuerdos temporales o mantienen negociaciones activas para mitigar el impacto.
Suiza, por ejemplo, se ha encontrado con un "muro arancelario" del 39 %, y Japón ha denunciado que Estados Unidos aplicó incorrectamente un arancel acordado, aunque se pactó una corrección con reembolso.
La Casa Blanca estima que los nuevos aranceles podrían generar ingresos de hasta 50.000 millones de dólares al mes.