Esta búsqueda de diversificación es una respuesta directa a las medidas proteccionistas de Washington, que han afectado a sectores clave de las economías mexicana y canadiense. A pesar de las fricciones comerciales, la cooperación en otros ámbitos, como la seguridad, sigue siendo una prioridad. En una iniciativa conjunta, los tres países han lanzado un plan anti-drones para garantizar la seguridad durante la Copa Mundial de la FIFA 2026, que se celebrará en las tres naciones. Este acuerdo demuestra que, si bien existen desacuerdos en el ámbito comercial, la colaboración en áreas de interés común sigue siendo posible. La dinámica actual del T-MEC refleja un reordenamiento geopolítico en el que México y Canadá intentan navegar las políticas de un Estados Unidos más proteccionista, sin ignorar la importancia de su principal socio comercial, pero buscando al mismo tiempo fortalecer sus propios lazos para asegurar su estabilidad económica.