La afinidad ideológica entre Trump y Bukele, ambos con un estilo de liderazgo confrontacional y un discurso nacionalista, parece ser un factor clave en esta alianza. Para Washington, la estabilidad y el control de la migración que ofrece Bukele podrían ser considerados prioritarios sobre las preocupaciones por la erosión de la democracia en El Salvador. Esta postura de la administración Trump podría tener implicaciones en toda la región, enviando una señal a otros líderes con tendencias autocráticas de que podrían contar con el respaldo de Estados Unidos si sus políticas se alinean con los intereses de Washington.
