El propio presidente estadounidense ha justificado los aranceles como una respuesta a la persecución judicial contra Bolsonaro. Esta acción ha sido recibida con preocupación en Brasil, donde el banco central ha recomendado “cautela” en la política económica ante un ambiente “adverso e incierto”.

El presidente Lula da Silva, por su parte, ha declarado que no se dejará intimidar y que consultará con los países del bloque BRICS para coordinar una respuesta.

La situación evidencia cómo la política exterior de Trump utiliza herramientas comerciales para influir en los asuntos internos de otras naciones, generando una notable tensión diplomática y económica con uno de los principales actores de la región.