Bajo esta nueva política, se establecen tarifas que van del 10 % al 50 %. Entre los países más afectados se encuentran Brasil e India, a los que se les impuso un arancel del 50 %, en parte como represalia por sus relaciones comerciales con Rusia. Otros países como Canadá enfrentan una tasa del 35 %, mientras que Colombia afrontará un arancel del 10 % sobre sus exportaciones, con excepción de productos como el carbón, el oro y el petróleo. La Casa Blanca espera recaudar 50.000 millones de dólares mensuales con estas nuevas tarifas, que también incluyen gravámenes sectoriales específicos y elevados, como un 200 % a productos farmacéuticos y un 100 % a semiconductores.
La estrategia de Trump ha generado una fuerte reacción internacional.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, prometió movilizar al bloque de los BRICS para responder a las medidas.
Por su parte, China, principal competidor económico de Estados Unidos, mantiene una tregua arancelaria temporal que finaliza el 12 de agosto, fecha en la que sus exportaciones podrían ser gravadas con un 30 % si no se logra un nuevo acuerdo. La imposición de estos aranceles marca un punto de inflexión en las relaciones comerciales globales, generando incertidumbre en los mercados y amenazando con reconfigurar las cadenas de suministro a nivel mundial.