Estas acciones se suman a un esfuerzo general por facilitar los arrestos de migrantes, especialmente en estados como California. Además, la administración ha propuesto un cambio en el censo nacional que podría dejar a los migrantes fuera de los registros oficiales, lo que afectaría la distribución de recursos y la representación política. En un giro inesperado, Trump también declaró que los migrantes que han sido deportados podrían tener la oportunidad de regresar a Estados Unidos si cumplen con un requisito específico, aunque los detalles de esta condición no fueron especificados en los artículos. Estas políticas reflejan una estrategia de mano dura que combina el aumento de la capacidad de deportación, la restricción de vías legales para la inmigración y cambios normativos que afectan profundamente a la población migrante en el país.