La violencia sistemática contra líderes y lideresas sociales en Colombia continúa siendo una de las crisis de derechos humanos más graves del país, como lo demuestra un reciente informe de Indepaz y una serie de asesinatos ocurridos en diferentes regiones. Según el instituto, desde la firma del Acuerdo de Paz en 2016 hasta la fecha, han sido asesinados 1.865 líderes, una cifra que refleja el fracaso sostenido del Estado en proteger a quienes defienden los derechos humanos, el territorio y la paz en sus comunidades. La letalidad de esta violencia se ha hecho palpable en hechos recientes. En Támesis, Antioquia, el homicidio de un reconocido líder social y comerciante rompió una racha de dos años sin asesinatos en el municipio, generando conmoción y temor. En el Valle del Cauca, la violencia se cobró la vida de otra lideresa en Pradera, quien fue agredida por su expareja, sumando el decimoquinto caso en el departamento en lo que va del año.
Por este crimen, un sospechoso conocido como alias 'Dorado' fue enviado a prisión.
Mientras tanto, en Soledad, Atlántico, falleció Nilson De Arco, un defensor de derechos humanos y miembro del Comité de Solidaridad con los Presos Políticos, quien había sobrevivido a un atentado sicarial tres meses atrás. Indepaz advierte que esta violencia podría intensificarse de cara a las elecciones de 2026, un periodo en el que históricamente aumentan los ataques contra quienes ejercen liderazgos políticos y sociales en los territorios. Esta situación evidencia que, a pesar de los discursos de paz, las garantías para la vida y la labor de los defensores de derechos humanos siguen siendo una deuda pendiente y urgente en Colombia.
En resumenEl asesinato de líderes sociales no cesa en Colombia, con un registro de 1.865 víctimas desde 2016 según Indepaz. Casos recientes en Antioquia, Valle del Cauca y Atlántico confirman la persistencia de esta violencia, que evidencia la falta de garantías de seguridad para los defensores de derechos humanos en los territorios.