La confirmación por parte de Medicina Legal de que 15 menores de edad han muerto en operaciones militares desde agosto de 2025 ha generado una profunda controversia en Colombia. La situación ha provocado un fuerte rechazo de organizaciones de derechos humanos y ha puesto al Gobierno del presidente Gustavo Petro en una posición compleja, enfrentando críticas por una estrategia que en el pasado él mismo condenó. El debate se intensificó tras un bombardeo en Calamar, Guaviare, contra disidencias de alias ‘Iván Mordisco’, donde murieron siete de estos menores. El Instituto Nacional de Medicina Legal y Forense precisó que las muertes de los 15 adolescentes ocurrieron en cuatro operativos distintos en Guaviare, Amazonas y Arauca. Ante la controversia, el presidente Petro defendió la legitimidad de las operaciones, argumentando que actuó ante una “necesidad militar inminente” para proteger a un pelotón de 20 soldados que estaba en riesgo de ser atacado por un grupo de hasta 150 disidentes.
Sin embargo, esta justificación ha sido fuertemente cuestionada.
La Defensoría del Pueblo ha sido una de las voces más críticas, exigiendo al presidente la suspensión de los bombardeos. La defensora Iris Marín Ortiz declaró: “No es una hipótesis sino una realidad, ya tenemos la evidencia de cuatro bombardeos en los que murieron 15 menores”. En un llamado directo al mandatario, le imploró “que piense en una alternativa”, subrayando que “el principio de humanidad debe prevalecer por encima de la guerra”. La situación escaló al ámbito judicial, con la Fiscalía General de la Nación y la Justicia Penal Militar abriendo indagaciones para determinar si las operaciones se ajustaron al Derecho Internacional Humanitario (DIH).
La controversia revive el dilema ético sobre los niños reclutados forzosamente, quienes son víctimas del conflicto pero pueden ser considerados objetivos militares si participan activamente en las hostilidades, un punto que genera un profundo debate legal y moral.
En resumenLa muerte de 15 menores reclutados en bombardeos militares ha generado una crisis nacional. Mientras el Gobierno justifica las acciones por necesidad militar, la Defensoría del Pueblo exige su suspensión, y la Fiscalía y la Justicia Penal Militar han iniciado investigaciones para esclarecer la legalidad de los operativos bajo el DIH.