Posteriormente, una fiscal del Grupo Especializado en la Lucha contra el Maltrato Animal (Gelma) le imputó cargos, los cuales fueron aceptados.

El perro, que su dueño llamaba “Sicario”, sobrevivió y fue adoptado por la Policía de Antioquia, donde fue rebautizado simbólicamente como “Coronel Bizcocho”. Otros casos, como el de un hombre en Zipaquirá que fue grabado pateando y golpeando a su perro, y otro en un ascensor en Antioquia, han alimentado la discusión. Estos eventos han puesto el foco en la Ley 1774 de 2016, o “Ley Ángel”, que tipifica el maltrato animal como delito con penas de hasta 73 meses de prisión. Sin embargo, defensores de animales como la senadora Andrea Padilla han cuestionado la efectividad del sistema penal, señalando que la falta de capturas en flagrancia y los beneficios por aceptación de cargos pueden llevar a una sensación de impunidad.