Tras atropellar a un motociclista y a un policía, Cendales emprendió una huida que desencadenó una persecución masiva.

Aproximadamente 200 motociclistas lo persiguieron hasta el sector de Castilla, donde, tras chocar contra un puesto de comidas, fue rodeado y brutalmente golpeado.

La turba lo sacó del vehículo y lo agredió con objetos contundentes, causándole politraumatismos severos que provocaron su muerte en la Clínica de Occidente.

Las investigaciones posteriores revelaron un complejo historial de Cendales Parra.

Tenía multas de tránsito vigentes que superaban los tres millones de pesos por infracciones como SOAT y tecnomecánica vencidos, y conducir con licencia vencida. Además, su expediente judicial mostraba una condena a 17 años de prisión en 2018 por acceso carnal violento con una menor de 14 años, de la cual fue absuelto tras una apelación el mismo año.

Este trasfondo, aunque no justifica el linchamiento, añade capas a la indignación que motivó la violenta reacción. La alcaldesa local de Kennedy, Carolina Agudelo, condenó el hecho, haciendo un llamado a la tolerancia y a evitar la violencia, mientras las autoridades revisan cámaras de seguridad para identificar a los responsables del homicidio. El caso ha generado un profundo debate sobre la reincidencia de infractores viales y la alarmante tendencia de la ciudadanía a tomar la justicia por sus propias manos, un fenómeno que atenta directamente contra los derechos fundamentales y el debido proceso.