Moreno, de 20 años, fue agredido brutalmente por al menos dos hombres. La investigación se centró rápidamente en Juan Carlos Suárez Ortiz, de 27 años, quien fue capturado en flagrancia, y en Ricardo González Castro, de 22 años, quien huyó de Bogotá tras el crimen. La Fiscalía imputó a Suárez el delito de homicidio agravado, solicitando una pena de entre 40 y 50 años de prisión, aunque este no aceptó los cargos. La defensa de Suárez ha presentado argumentos sobre su buen desempeño académico, incluyendo ser uno de los mejores Icfes de Bogotá en 2016, para solicitar una medida de aseguramiento no carcelaria. Por su parte, Ricardo González se entregó voluntariamente a las autoridades en Cartagena días después, y su abogada argumentó que se encontraba “muy deprimido” y que “jamás dimensionó” la gravedad de los hechos. La Fiscalía también investiga la participación de dos mujeres que acompañaban a los agresores, Kleidymar Fernández y Bertha Parra, quienes quedaron en libertad pero siguen vinculadas al proceso. Testimonios indican que una de ellas, vestida de azul, habría incitado a la violencia gritando: “Ahí tiene para que siga acosando”. Sin embargo, análisis de las cámaras de seguridad del bar, según fuentes de la investigación, “desmontan la versión” de un supuesto acoso por parte de Moreno. El caso ha generado un intenso debate jurídico sobre la calificación del delito, con la Fiscalía argumentando la existencia de “dolo eventual” y sevicia, mientras la familia de la víctima, representada por el abogado Francisco Bernate, exige justicia y que se esclarezca la responsabilidad de todos los involucrados.