En Corinto, Cauca, cuatro personas fueron asesinadas y tres resultaron heridas cuando hombres armados irrumpieron en la discoteca “El Cantinazo” y abrieron fuego indiscriminadamente contra los asistentes.

El ataque fue atribuido inicialmente a las disidencias de ‘Iván Mordisco’, aunque un comunicado posterior del grupo negó su autoría y culpó al frente disidente ‘Yair Bermúdez’.

Este evento se suma a la masacre número 67 del año en el país, según Indepaz, y agrava la crisis de orden público en el suroccidente, marcada por recientes atentados con carros bomba en Suárez y El Tambo. Por otro lado, en San Pablo, sur de Bolívar, cinco personas fueron asesinadas en la vereda El Jardín, en hechos que las autoridades atribuyen al ELN. Esta región es un corredor estratégico disputado por el ELN, disidencias y el Clan del Golfo, lo que mantiene a las comunidades en medio del fuego cruzado. Adicionalmente, en El Carmen de Viboral, Antioquia, un ataque armado en un local comercial dejó tres jóvenes muertos, entre ellos un líder juvenil vinculado a la Alcaldía. La Asociación de Municipios del Oriente Antioqueño (Asointermedias) rechazó la masacre y pidió al Gobierno fortalecer las acciones de prevención y justicia en la región. Estos hechos violentos reflejan el fracaso en la protección de la vida de los civiles y la expansión de la violencia armada en zonas rurales del país.