Esta declaración contrasta con supuestas afirmaciones del presidente Gustavo Petro, exmiembro del M-19, quien habría calificado la toma como una “genialidad”, aunque él lo ha negado. Helena Uran Bidegain, hija del magistrado Carlos Horacio Uran, víctima de ejecución extrajudicial, argumenta que los relatos dominantes, tanto de la Fuerza Pública como del M-19, han impedido una conversación honesta y han silenciado a las víctimas. Las familias de los desaparecidos, como la de la guerrillera Irma Franco o el administrador de la cafetería Carlos Augusto Rodríguez, continúan exigiendo verdad. Alejandra Rodríguez, hija de este último, tenía solo 35 días de nacida cuando su padre desapareció. Por su parte, Mauricio Gaona, hijo del magistrado Manuel Gaona, lamentó que “los responsables del Palacio de Justicia jamás aceptaron su responsabilidad”. La disputa por la memoria se extiende al ámbito cultural, como lo demuestra la controversia en torno a la película “Noviembre”, que llevó a una tutela por parte de la familia Gaona. Expertos como Lucas Ospina y la misma Helena Uran defienden la libertad de expresión artística como una herramienta para explorar estas heridas, mientras que el director Tomás Corredor sostiene que la ficción no busca establecer una verdad única, sino interpelar los relatos oficiales.