Los casos, ocurridos en Nariño, Santander y Atlántico, muestran un patrón de violencia ejercida por parejas o exparejas, a menudo con un desenlace fatal.
En Pasto, Nariño, una tragedia familiar conmocionó a la ciudad durante la noche de Halloween.
Un coronel retirado del Ejército, Ariel Mora Rodríguez, asesinó a su hijo, Sebastián Mora Muñoz, estudiante de medicina, y dejó gravemente herida a su exesposa, Magda Patricia Muñoz, de 44 años, dentro de una pizzería.
Tras el ataque, el agresor se suicidó.
Cinco días después, Magda Patricia falleció en una Unidad de Cuidados Intensivos debido a la gravedad de las heridas.
La madre del victimario expresó su dolor y pidió perdón por los hechos.
En Santander, se investiga el presunto feminicidio de una joven cuyo cuerpo fue hallado en una vía abandonada con signos de tortura.
Las autoridades revisan cámaras de seguridad para identificar al responsable. En Santander de Quilichao, Cauca, una ama de casa fue asesinada, sumándose a otras tres mujeres víctimas de la violencia en el departamento en menos de una semana. En Soledad, Atlántico, las autoridades capturaron a Edison García Serrano, acusado de intentar asesinar a su pareja, Johana Baca Echeverría, empujándola desde un cuarto piso.
La víctima fue trasladada en estado grave a un centro médico por el mismo agresor. Además, la Policía de Soacha logró evitar un posible feminicidio al rescatar a una mujer y su hija, quienes estaban siendo amenazadas con un arma blanca por la pareja de la mujer.












