El Clan del Golfo se consolida como la organización más numerosa, con 8.945 miembros, y su crecimiento se concentra en zonas estratégicas para el narcotráfico, la extorsión y la minería ilegal. El ELN también ha expandido su pie de fuerza a 6.450 integrantes, con una fuerte presencia en Catatumbo, Arauca y Chocó.
Las disidencias de las FARC, tanto las de ‘Iván Mordisco’ como las de ‘Calarcá’, han sumado cientos de nuevos miembros, intensificando disputas territoriales que derivan en masacres, desplazamientos y confinamientos. La Defensoría del Pueblo ha advertido sobre la agudización de la crisis humanitaria en departamentos como Vichada, donde enfrentamientos entre la ‘Segunda Marquetalia’ y el ELN por el control de rutas ilícitas vulneran los derechos de la población civil. Recientemente, una masacre en Corinto, Cauca, atribuida a disidencias, dejó cuatro personas muertas, entre ellas un menor de edad, sumándose a las 67 masacres registradas en el año.
La Defensora del Pueblo, Iris Marín, expresó su preocupación al señalar que “‘esta gobernanza criminal podría incidir en los procesos electorales’”, alertando sobre el riesgo que representa esta expansión para la democracia y la seguridad del país.












