“Pido auxilio y temo por mi vida.

No quiero ser la próxima que pierda la vida”, expresó Díaz, quien además es paciente oncológica.

La líder relató que las intimidaciones incluyen el lanzamiento de piedras y disparos cerca de su vivienda, y lamentó no haber recibido una respuesta efectiva de las autoridades pese a haber interpuesto las denuncias. Por otro lado, en Valledupar, Lilia Rosa Ruíz, madre de un joven asesinado el año anterior, fue víctima de un atentado a tiros en su propia casa. Un hombre armado llegó a pie a su residencia en el barrio Obrero y disparó en repetidas ocasiones contra la fachada, hiriéndola en un brazo.

Las autoridades investigan si el ataque está relacionado con el crimen de su hijo. Estos hechos demuestran la persistencia de la violencia selectiva contra personas que ejercen liderazgos comunitarios o que buscan justicia, una de las problemáticas de derechos humanos más graves y endémicas del país, que atenta directamente contra el tejido social y la construcción de paz en los territorios.