Posteriormente, anunció que los supervivientes serían repatriados a sus países de origen para ser juzgados.

El gobierno colombiano confirmó la recepción del ciudadano Jeison Obando Pérez, de 34 años, quien llegó al país en estado crítico con un trauma craneoencefálico severo y será procesado según las leyes nacionales. Por su parte, el presidente Petro y el periodista Hollman Morris revelaron que una de las víctimas fatales sería el pescador colombiano Alejandro Carranza. Petro ha solicitado a la Fiscalía General de la Nación investigar el hecho, que calificó como un ataque a una lancha que “tenía un motor arriba en señal de daño y estaba apagada”. Este suceso cuestiona la legalidad de las operaciones militares estadounidenses en aguas internacionales y pone en tela de juicio la soberanía y la cooperación en la lucha antinarcóticos.