Una operación militar de Estados Unidos en el mar Caribe contra una embarcación ha provocado una seria controversia diplomática con Colombia. Mientras el gobierno estadounidense, bajo la administración de Donald Trump, la calificó como un exitoso ataque contra un “narcosubmarino” cargado de fentanilo, el presidente Gustavo Petro ha sostenido que se trataba de una lancha pesquera colombiana que se encontraba en aguas nacionales. El incidente, ocurrido el 16 de septiembre, resultó en la muerte de dos tripulantes y dejó dos sobrevivientes, un ciudadano colombiano y otro ecuatoriano. El presidente Trump confirmó el ataque en su red social Truth Social, refiriéndose a los tripulantes como “terroristas” y justificando la acción como parte de una campaña militar antidrogas en la región.
Posteriormente, anunció que los supervivientes serían repatriados a sus países de origen para ser juzgados.
El gobierno colombiano confirmó la recepción del ciudadano Jeison Obando Pérez, de 34 años, quien llegó al país en estado crítico con un trauma craneoencefálico severo y será procesado según las leyes nacionales. Por su parte, el presidente Petro y el periodista Hollman Morris revelaron que una de las víctimas fatales sería el pescador colombiano Alejandro Carranza. Petro ha solicitado a la Fiscalía General de la Nación investigar el hecho, que calificó como un ataque a una lancha que “tenía un motor arriba en señal de daño y estaba apagada”. Este suceso cuestiona la legalidad de las operaciones militares estadounidenses en aguas internacionales y pone en tela de juicio la soberanía y la cooperación en la lucha antinarcóticos.
En resumenEl ataque de Estados Unidos a una embarcación en el Caribe, que Washington califica de 'narcosubmarino' y Bogotá de lancha pesquera, ha generado una crisis diplomática. El incidente dejó víctimas mortales colombianas y un superviviente repatriado en estado crítico, mientras el presidente Petro exige una investigación sobre una posible violación a la soberanía nacional.