Sin embargo, la tregua ha sido recibida con escepticismo, especialmente después de que una masacre ocurriera en Barranquilla al día siguiente de la firma. El alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, calificó el enfoque como “un error”, afirmando que la vía para enfrentar a las bandas es la judicialización, no la negociación. Por su parte, el analista Luis Fernando Trejos señaló que, aunque la tregua podría reducir la violencia a corto plazo, existe el riesgo de que otros grupos como el Clan del Golfo ocupen los vacíos de poder.