La víctima, que ya había denunciado maltrato previo, sobrevivió gracias a la alerta de los vecinos.

El agresor, quien posó sonriente en su captura, enfrenta cargos por tentativa de homicidio. En Yopal, Casanare, la comunidad quedó consternada por el feminicidio de Fidelia Tarache Tumay, de 50 años, presuntamente a manos de su esposo, quien la atacó con arma blanca tras encerrar a otros familiares para impedir que la auxiliaran.

El presunto responsable fue capturado horas después.

Otro caso de extrema violencia ocurrió en Bogotá, donde Fabiana Karina Rincón Durán, contratista de la Alcaldía, fue atacada con un martillo y un cuchillo por su expareja, quedando en estado de coma.

La víctima también había interpuesto denuncias previas por violencia intrafamiliar. Estos hechos se suman a la denuncia de un padre en Doña Juana, Bolívar, quien teme por la vida de su hija y su nieto, víctimas de maltrato por parte de la pareja de la joven. Estos casos subrayan un patrón alarmante: la violencia de género a menudo escala hasta consecuencias fatales, a pesar de las denuncias previas, lo que evidencia fallas en las rutas de protección y en la efectividad de las medidas cautelares.