En una decisión sin precedentes para la protección de los derechos de los animales en Colombia, un juez de Bogotá dictó medida de aseguramiento en centro carcelario contra un hombre señalado de raptar y abusar sexualmente de varias perras. Este caso marca la primera aplicación de la Ley 2138 de 2021, conocida como ‘Ley Ángel’, que endurece las penas por maltrato animal, incluyendo la violencia sexual. El procesado, identificado como José Oliverio, fue capturado en la localidad de Ciudad Bolívar tras las denuncias de la comunidad y la dueña de una de las víctimas, una canina llamada ‘Keila’. Los hechos ocurrieron el 5 de septiembre, cuando la perra fue reportada como hurtada. Gracias a los testimonios de los vecinos, agentes del CTI y la Policía Nacional ubicaron la vivienda del presunto agresor, donde encontraron a ‘Keila’ en grave estado de salud.
Los exámenes veterinarios confirmaron las agresiones sexuales a las que fue sometida.
La senadora Andrea Padilla, una de las impulsoras de la ley, celebró la decisión judicial como un paso fundamental en la lucha contra la impunidad en casos de violencia animal.
“Hoy celebramos este resultado.
Estamos logrando #JusticiaParaLosAnimales”, expresó.
La ‘Ley Ángel’ fue creada para sancionar con mayor severidad las conductas de maltrato, especialmente aquellas que involucran actos sexuales, con penas de hasta 42 meses de prisión. Aunque el procesado no aceptó los cargos de hurto agravado y lesiones con agravante por actos sexuales, el juez consideró que las pruebas eran suficientes para ordenar su reclusión preventiva.
Este fallo histórico establece un precedente crucial, enviando un mensaje contundente de que la violencia sexual contra los animales es un delito grave que será castigado con privación de la libertad.
En resumenUn juez en Bogotá dictó medida de aseguramiento intramural contra un hombre por el abuso sexual de una perra, aplicando por primera vez la ‘Ley Ángel’. Esta decisión histórica establece un precedente en la lucha contra el maltrato animal en Colombia, reconociendo la violencia sexual contra animales como un delito grave que amerita la privación de la libertad.