El hecho, ocurrido en la vereda San Isidro, también dejó a otros cuatro militares heridos. El ministro de Defensa, Pedro Sánchez, rechazó la “barbarie” y la calificó como una “violación flagrante a los DD.HH.
y al Derecho Internacional Humanitario”.
En Putumayo, se han registrado varias asonadas.
En Puerto Guzmán, un civil resultó herido durante un enfrentamiento entre la comunidad y el Ejército en medio de un operativo contra la minería ilegal. El comandante de la Brigada 27, general William Cotúa, defendió la actuación de sus hombres, asegurando que actuaron en “legítima defensa” tras ser atacados y que los civiles habrían sido instrumentalizados por los Comandos de Frontera. Otro incidente similar ocurrió en Ipiales, Nariño, donde pobladores intentaron impedir el decomiso de contrabando.
En Buriticá, Antioquia, un ataque atribuido al Clan del Golfo contra una patrulla de la Policía dejó a un uniformado herido. Estos hechos, según un análisis de la Universidad de Medellín, reflejan una crisis profunda y podrían ser más frecuentes mientras no haya un cambio en la estrategia de seguridad del Gobierno.