Según la Armada Nacional, los disidentes emplearon drones cargados con explosivos, una modalidad que ha venido en aumento y que representa un grave desafío para las operaciones de seguridad. El almirante Francisco Hernando Cubides, comandante de las Fuerzas Militares, condenó el acto y lo calificó como una muestra de “cobardía y desesperación” por parte de los grupos criminales para evitar la confrontación directa. Este no es un caso aislado; expertos en seguridad han alertado sobre el uso creciente de esta tecnología en el conflicto colombiano. Hace pocas semanas, un ataque similar en la misma zona de Buenaventura dejó tres militares muertos y cuatro heridos.

La Armada Nacional rechazó el acto terrorista, afirmando que “vulnera el Derecho Internacional Humanitario y los Derechos Humanos”, y se comprometió a perseguir a los responsables para llevarlos ante la justicia. La muerte de Álvarez López, quien llevaba más de dos años al servicio de la Infantería de Marina, subraya el riesgo constante que enfrentan los uniformados y la necesidad de adaptar las estrategias de seguridad a estas nuevas amenazas tecnológicas.