Una operación coordinada entre la Policía Nacional de Colombia y la agencia Homeland Security Investigations (HSI) de Estados Unidos culminó con la captura en Miami del odontólogo estadounidense Ally Correa. El ciudadano norteamericano es señalado de viajar repetidamente a Medellín con el fin de explotar sexualmente a menores de edad. Según las autoridades, Correa ingresó al país en al menos 15 ocasiones entre 2023 y 2024, periodo durante el cual alquilaba apartamentos en zonas exclusivas de Medellín para cometer los abusos. Contactaba a sus víctimas, niñas de entre 13 y 15 años, a través de redes sociales, donde les ofrecía regalos y otros beneficios para concretar los encuentros.
El alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, reveló un detalle escabroso del caso, afirmando que el detenido “tenía en su celular pornografía infantil y abusos de menores también en Medellín”. La investigación que condujo a su captura se derivó del proceso contra Stefan Andrés Correa, otro ciudadano estadounidense condenado a cadena perpetua en Florida en 2025 por explotar a cinco menores colombianas.
Las evidencias de ese caso permitieron a las autoridades identificar un patrón delictivo que los llevó hasta el odontólogo.
El presidente Gustavo Petro confirmó la captura, calificando al detenido como “un explotador sexual de menores en Medellín”. Este caso resalta la grave problemática del turismo sexual y la explotación de menores en la ciudad, así como la importancia de la cooperación judicial internacional para combatir redes criminales que vulneran los derechos de los niños, niñas y adolescentes.
En resumenLa captura del odontólogo Ally Correa en Miami evidencia la existencia de redes de explotación sexual de menores que operan de forma transnacional con Medellín como epicentro. La cooperación entre Colombia y Estados Unidos fue clave para detener al presunto abusador, quien viajaba al país para contactar y abusar de niñas.