A esta cifra se suman 57.000 desplazamientos individuales.
Paralelamente, los confinamientos forzados impuestos por grupos armados afectaron a 113.000 personas, un 52% más que en 2024. Los departamentos más golpeados por estas dinámicas son Cauca, Chocó, Nariño y Norte de Santander.
La violencia directa contra civiles también se ha disparado; solo en julio, más de 6.880 personas sufrieron ataques, una cifra 17 veces mayor a la registrada en julio de 2024. El uso de artefactos explosivos, incluyendo minas antipersonal y drones con cargas, creció un 94%, afectando a más de 5.300 personas. La crisis se agrava por el impacto de desastres naturales, que han afectado a casi 700.000 personas, principalmente en regiones como Arauca, Guaviare y Putumayo. El informe subraya la vulnerabilidad de los pueblos indígenas, que constituyen el 20% de las víctimas, y las comunidades afrocolombianas, que representan el 22%. La ONU concluye que Colombia enfrenta un escenario complejo que demanda respuestas urgentes y coordinadas para proteger los derechos humanos de las comunidades más vulnerables.