Este gas, usado como plaguicida, es altamente tóxico y su manipulación requiere protocolos estrictos.
La investigación reveló que la familia se había quejado de un fuerte olor en su habitación y había solicitado un cambio, el cual les fue negado por la alta ocupación del hotel. El padre de Viviana, Orlando Canro, relató que él mismo sintió un “mal olor” en el cuarto. El hotel, en un comunicado, admitió que se realizó una fumigación días antes, pero culpó a la empresa contratada, Livingston & Company E.U., de utilizar una “sustancia utilizada sin nuestra autorización (...) en flagrante violación de los protocolos establecidos”. La Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) ha intervenido, inspeccionando el establecimiento y ordenando medidas de control para garantizar la seguridad de los huéspedes. El abogado de la familia, Juan Manuel Castellanos, aseguró que hay suficientes pruebas para imputar cargos por homicidio culposo agravado, mientras los familiares exigen justicia y que se tomen medidas para evitar que una tragedia similar se repita.