La captura en Miami de un odontólogo estadounidense por posesión de material de explotación sexual infantil grabado en Medellín destapa una grave problemática de turismo sexual y vulneración de los derechos de la niñez en Colombia. La operación conjunta entre autoridades colombianas y estadounidenses evidencia la necesidad de una cooperación internacional robusta para combatir este flagelo. El ciudadano norteamericano, identificado como Ally Correa, fue detenido en una operación coordinada entre la Policía Nacional de Colombia y la agencia estadounidense de Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI). Según la investigación, Correa viajaba frecuentemente a Medellín, donde alquilaba apartamentos en zonas exclusivas para concretar encuentros sexuales con menores de edad.
Las autoridades establecieron que contactaba a sus víctimas a través de redes sociales, ofreciéndoles dádivas. La investigación se originó en Colombia a partir del caso de otro ciudadano estadounidense, Stefan Andrés Correa, condenado a cadena perpetua en Florida en abril de 2025, lo que permitió identificar a cinco víctimas colombianas de entre 13 y 15 años. Durante la detención de Ally Correa, en su celular se encontró material gráfico explícito, incluyendo más de 100 videos y fotografías que él mismo grababa.
El presidente Gustavo Petro calificó al detenido como “un explotador sexual de menores en Medellín”.
Por su parte, el alcalde de la ciudad, Federico Gutiérrez, destacó que la captura es resultado de una estrategia intensificada desde 2024 contra abusadores extranjeros, que ha arrojado 15 capturas, 23 inadmisiones y 2 expulsiones, reafirmando que no bajarán la guardia en la protección de la niñez.
En resumenLa detención de un ciudadano estadounidense por explotación sexual infantil en Medellín subraya la grave amenaza del turismo sexual. La exitosa cooperación policial internacional demuestra ser una herramienta crucial para la protección de menores, mientras las autoridades locales de Medellín refuerzan su compromiso de combatir estos delitos y evitar que la ciudad sea un refugio para depredadores sexuales.