Los municipios más afectados son La Plata, Íquira, La Argentina, Garzón, Algeciras, Neiva y Baraya, donde las disidencias de las FARC son señaladas como las principales responsables. Los grupos armados utilizan diversas tácticas para atraer a los menores, desde la persuasión y el engaño con promesas de lujos y dinero a través de redes sociales como TikTok y Facebook, hasta la violencia directa. Carlos de la Torre, Representante Adjunto de ONU Derechos Humanos, subrayó que existe un “enorme subregistro” debido al miedo de las comunidades a denunciar. Además, destacó el impacto desproporcionado sobre las niñas, quienes representan casi el 40% de los casos y a menudo son víctimas de violencia sexual, así como sobre las comunidades indígenas y afrodescendientes.
En respuesta a esta crisis, la Gobernación del Huila instaló el Comité Departamental de Prevención del Reclutamiento y lanzó la campaña “Somos Grandes. En el Huila, el miedo no manda”, buscando articular esfuerzos interinstitucionales para proteger a la niñez y adolescencia de este crimen de guerra.













