Su liberación fue posible gracias a una comisión humanitaria integrada por la Defensoría del Pueblo y la Iglesia Católica.

Patarroyo fue secuestrado el 1 de marzo de 2025, cuando tenía 18 años, mientras visitaba la finca avícola El Molino, entre los municipios de Ocaña y Ábrego.

Los captores, presuntamente integrantes del ELN, se lo llevaron sin que se registraran demandas económicas o comunicaciones con su familia, que vivió meses de angustia.

Durante su cautiverio, el joven cumplió 19 años.

La comisión humanitaria lo recibió en una zona apartada del Catatumbo y posteriormente lo entregó en Ocaña.

Las autoridades informaron que se encuentra en buen estado de salud, pero será sometido a valoraciones médicas para confirmar que no sufrió daños físicos o psicológicos. La Defensora del Pueblo, Iris Marín, celebró la liberación y emitió un mensaje contundente: “Ningún joven debiera sufrir lo que Kevin ha pasado… Hacemos un llamado a todos los actores armados para que excluyan de manera definitiva a adolescentes y jóvenes de la confrontación”. El caso de Patarroyo se enmarca en una región marcada por la fuerte presencia de grupos armados que utilizan el secuestro como herramienta de intimidación y reclutamiento forzado.