Su madre, Linda Marisol Rojas Aguilar, denunció la gravedad de la agresión: “lo golpearon salvajemente y le propinaron 10 puñaladas, dejándolo en estado crítico”.

Además de las heridas, le robaron sus pertenencias.

La violencia también se extendió al interior del estadio, donde disturbios en la tribuna occidental dejaron al menos diez heridos.

Este no fue un hecho aislado, ya que otro hincha del Bucaramanga, Jonathan David Pabón, fue atacado en Chitagá, Norte de Santander, presuntamente por llevar la camiseta de su equipo.

La madre de Castellanos exigió justicia y medidas contundentes: “pido que las autoridades identifiquen, capturen y castiguen a los responsables.

No más violencia en el fútbol”. La familia aclaró que el empresario no tiene vínculos con barras bravas y su único propósito era disfrutar del partido.