Afortunadamente, los paramédicos que lo acompañaban resultaron ilesos, pero quedaron bajo un profundo impacto emocional, requiriendo atención psicológica.

Este tipo de ataques contra misiones médicas está explícitamente prohibido por los Convenios de Ginebra y sus protocolos adicionales, que otorgan una protección especial a las unidades sanitarias, su personal y los pacientes. La agresión no solo viola el derecho fundamental a la vida, sino que también obstaculiza el acceso a la salud de las comunidades más vulnerables, que dependen de estos traslados para recibir atención oportuna. Las autoridades departamentales convocaron un consejo de seguridad extraordinario para investigar los hechos y dar con los responsables, en una zona donde operan grupos como el frente Carlos Patiño del Estado Mayor Central y el Clan del Golfo.