Su homicidio no es un hecho aislado, sino que se inscribe en un patrón de violencia sistemática contra líderes sociales en el país. Según el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz), con el asesinato de Velasco, la cifra de líderes asesinados en Colombia durante el año 2025 asciende a 102. Esta alarmante cifra refleja un contexto de impunidad y falta de garantías para el ejercicio del liderazgo social. Organizaciones como la Red por la Vida han exigido a las autoridades un rápido esclarecimiento de los hechos y la implementación de medidas efectivas que garanticen la seguridad y la labor de los defensores comunitarios. El crimen de Velasco no solo silencia una voz crucial para la defensa ambiental en el Cauca, sino que también genera un efecto amedrentador en otras comunidades que luchan por la protección de sus territorios y recursos naturales, perpetuando un ciclo de miedo y violencia que obstaculiza el desarrollo y la paz en las regiones más afectadas por el conflicto.
