Se me vinieron las lágrimas".

En respuesta a la gravedad del incidente, Cruz Azul ha tomado una medida drástica, solicitando formalmente a la Federación Mexicana de Fútbol la inhabilitación de Carrasquilla por el mismo tiempo que dure la recuperación de Mier, argumentando que la acción fue "temerosa y totalmente arriesgada". Este caso ha escalado a instancias disciplinarias, buscando sentar un precedente sobre la protección a la integridad de los futbolistas.