La situación de Durán es compleja. El delantero de 21 años ha estado fuera de las canchas desde el 27 de agosto, tras sufrir una molestia en el partido de Champions League contra el Benfica, perdiéndose al menos ocho partidos. La lesión, descrita inicialmente como una fractura por estrés y ahora como una inflamación en el hueso de la tibia, ha tenido una recuperación más lenta de lo esperado. Según el medio turco Sporx, al jugador le quedarían tres semanas de recuperación y su regreso a la competencia se proyecta para el partido contra Gaziantep el 27 de octubre. Esta prolongada ausencia, sumada a la millonaria inversión del club (21 millones de euros por el préstamo), ha agotado la paciencia de la directiva. El mismo medio afirmó que el club ya comunicó su postura al representante del jugador: “Si no se recupera, nos separaremos durante el descanso de mitad de temporada”. Estos problemas físicos también lo han marginado de la Selección Colombia, donde el técnico Néstor Lorenzo ha perdido interés en su convocatoria debido a su inactividad y a supuestos actos de indisciplina. A pesar de la presión, la noticia positiva es su regreso a los trabajos de campo, un primer paso para intentar revertir una situación que amenaza su futuro en el fútbol europeo.