Informes contradictorios, la intervención personal del presidente del club y las declaraciones del técnico sobre su historial de lesiones alimentan la incertidumbre sobre su regreso a las canchas.
Durán no ha disputado un partido oficial desde el 27 de agosto, cuando sufrió una lesión en el encuentro de Champions League contra el Benfica. Desde entonces, el hermetismo del club turco ha dado pie a todo tipo de especulaciones.
La prensa local llegó a rumorar que podría perderse el resto de la temporada, mientras que otras fuentes apuntaban a un regreso a finales de octubre. El técnico Domenico Tedesco arrojó algo de luz sobre el asunto, revelando una situación compleja. “Jhon Durán está motivado para jugar”, afirmó, pero confirmó que en el pasado el jugador tuvo “problemas de dolor” e incluso habría sido obligado a jugar en esas condiciones. Tedesco añadió un detalle clínico importante: “El dolor de pierna puede provenir de la espalda.
En estos casos, se necesita tiempo.
No lo obligaré. No lo haré por el riesgo y el dolor”.
Esta versión se complementa con la filtración del periodista Volkan Demir, quien aseguró que Durán se quejaba de un “dolor terrible”, pero las resonancias magnéticas no mostraban lesión.
Ante la confusión, el jugador habría optado por un tratamiento con un fisioterapeuta en Barcelona, donde recibió inyecciones. La situación ha escalado a nivel directivo, con el presidente del club, Sadettin Saran, tomando un rol activo y personal en la recuperación del atacante, comunicándose con él en español para transmitirle confianza.
Actualmente, Durán estaría entrenando en un gimnasio de manera diferenciada, y su regreso a los entrenamientos grupales sigue siendo una incógnita.