El incidente encendió las alarmas en el cuerpo técnico y la afición, considerando su papel fundamental en el esquema ofensivo del equipo. El partido, disputado en la altitud de Quito, estuvo marcado por un notable desgaste físico que afectó a varias jugadoras colombianas, incluyendo a Daniela Caracas, quien salió en camilla, y a la portera Katherine Tapia, que también requirió atención médica. A pesar del dramatismo de la escena, informes posteriores trajeron un parte de tranquilidad, indicando que la molestia de Caicedo no reviste gravedad. Un reporte del periodista Jenny Gámez señaló que la jugadora "no tiene ningún problema físico, más allá del cansancio". Esta aclaración es un alivio para el equipo de Ángelo Marsiglia, que depende en gran medida del desequilibrio de Caicedo para aspirar al título continental. Su recuperación será clave para los próximos enfrentamientos cruciales ante Paraguay y Brasil.
