Ambas partes, Israel y Hamás, se acusan mutuamente de violar la tregua, lo que aumenta la incertidumbre sobre los esfuerzos de paz. La reanudación de la violencia subraya la precariedad de la situación en la región. Un ataque aéreo israelí el miércoles resultó en la muerte de 27 personas en Gaza, según funcionarios locales, marcando una de las violaciones más graves desde que se instauró la tregua. Este hecho se produce en un clima de acusaciones cruzadas entre Israel y Hamás sobre quién es el responsable de romper el acuerdo. La situación se complica aún más por la continuación de ataques israelíes contra objetivos de Hezbolá en el Líbano, a pesar de un alto el fuego independiente sellado allí.

Mientras la violencia resurge, los esfuerzos diplomáticos continúan en segundo plano.

Se menciona que el Consejo de Seguridad de la ONU se prepara para votar una resolución sobre un plan de tregua impulsado por Estados Unidos, conocido como el “plan de Trump para Gaza”. Este plan es también señalado como uno de los factores que ha permitido una tímida recuperación del turismo en Jerusalén. Sin embargo, la realidad en el terreno, con ataques esporádicos que continúan por parte de Israel, demuestra la enorme distancia que existe entre las negociaciones diplomáticas y el cese efectivo de las hostilidades, manteniendo a la población civil en un estado de constante vulnerabilidad.