Las cifras revelan una tragedia de dimensiones alarmantes.

Según UNICEF, más de 64.000 niños y niñas han muerto o resultado heridos en la Franja durante los dos años de conflicto. El Ministerio de Salud de Gaza, citado por la ONU, reporta más de 20.000 menores asesinados. Más allá de las muertes, hay decenas de miles de heridos, muchos con secuelas permanentes, y al menos 20.000 que han perdido a uno o ambos padres.

Esta situación ha sido calificada por Amnistía Internacional como una “normalización de la barbarie”. Paralelamente, las mujeres y niñas enfrentan una crisis de violencia de género. Un informe de la Comisión de Investigación de la ONU documenta el uso sistemático de violencia sexual y reproductiva por parte de las fuerzas de seguridad desde el 7 de octubre de 2023. El Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) advierte que casi la mitad de los desplazados son mujeres y niñas, quienes viven con un miedo constante en un contexto donde los espacios seguros han sido destruidos. La escasez de recursos básicos y el desplazamiento forzado han incrementado dramáticamente los riesgos de violencia de género, creando una emergencia humanitaria dentro de otra.