La controversia rodea a esta ONG, dirigida por un ciudadano con doble nacionalidad estonio-israelí.

Según los informes, la organización cobra alrededor de 2.000 dólares por una plaza en los vuelos, aunque otras fuentes mencionan que los palestinos pagaron "miles de dólares" para salir. El destino de estos vuelos ha sido diverso, incluyendo Sudáfrica, donde recientemente aterrizaron 153 palestinos procedentes de Gaza.

Este grupo pudo ingresar al país gracias a la intervención del presidente Cyril Ramaphosa, a pesar de no tener sellos en sus pasaportes. La naturaleza de estas operaciones ha generado interrogantes sobre si se trata de una ayuda humanitaria o de un negocio que se aprovecha de la desesperación de la población gazatí. Los testimonios de palestinos que pagaron a la asociación para poder salir del enclave devastado por la guerra han puesto el foco sobre las actividades de Al Majd, cuya estructura y financiamiento no son claros, levantando sospechas sobre quién está realmente detrás de estas evacuaciones.