La situación es alarmante: se estima que unas 125.000 tiendas de campaña ya no son aptas para su uso, lo que significa que un número masivo de personas ha perdido su único refugio. Las imágenes de la crisis muestran a niños intentando recoger agua en medio de las tormentas, una estampa que refleja la desesperación de una población que lucha por sobrevivir en condiciones infrahumanas. Esta catástrofe climática se suma a la devastación de más de dos años de guerra, exacerbando una crisis humanitaria que ya era de por sí abrumadora y que requiere una respuesta internacional urgente para proveer refugio y asistencia básica.