A esto se suma que Israel continúa realizando ataques esporádicos sobre la Franja. Por otro lado, persiste la amenaza de los combatientes de Hamás que, según se cree, permanecen ocultos en la extensa red de túneles bajo el enclave. Se estima que podría haber hasta 200 combatientes en los túneles bajo la ciudad de Rafah, una presencia que Israel considera una amenaza inaceptable y que podría servir de pretexto para nuevas incursiones militares. Esta combinación de acciones militares israelíes post-tregua y la presencia no resuelta de militantes de Hamás crea un ciclo de desconfianza y tensión que pone en grave riesgo la continuidad del cese de hostilidades y la posibilidad de avanzar hacia una paz sostenible.