Esta imagen encapsula la pérdida no solo de hogares, sino también del patrimonio cultural del enclave. La crisis se intensifica con la proximidad del invierno, que traerá consigo condiciones climáticas adversas para una población que carece de refugios adecuados. Las organizaciones humanitarias han lanzado advertencias urgentes sobre la escasez de materiales de primera necesidad, como carpas, para albergar a los desplazados. Además, los informes señalan que la entrada de ayuda humanitaria, un pilar del acuerdo de tregua, sigue siendo extremadamente lenta y limitada, descrita como un ingreso "a cuenta gotas". Este flujo insuficiente de asistencia agrava el sufrimiento de la población y pone en riesgo la supervivencia de los más vulnerables en los próximos meses.