La estrategia estadounidense se desarrolla en dos frentes paralelos. Por un lado, se ha establecido un Centro de Coordinación Militar-Civil (CCMC) en la ciudad israelí de Kiryat Gat. Este centro, que cuenta con la presencia de soldados estadounidenses ya desplegados, tiene la doble misión de supervisar la aplicación del cese al fuego y preparar la futura fase de reconstrucción en Gaza. Esta implicación directa sobre el terreno demuestra un compromiso tangible de Washington en la gestión de la seguridad y la logística de la posguerra. Por otro lado, en el ámbito diplomático, la administración estadounidense ha presentado un proyecto de resolución ante el Consejo de Seguridad de la ONU. Dicha propuesta busca la creación de una fuerza de estabilización internacional y el establecimiento de una autoridad transitoria en Gaza. Esta iniciativa representa un intento de multilateralizar la respuesta a la crisis, buscando el respaldo de la comunidad internacional para legitimar y compartir la carga de la estabilización del enclave. La combinación de una presencia militar de supervisión y una ofensiva diplomática en el máximo órgano de seguridad mundial refleja un enfoque integral de Estados Unidos para liderar el proceso de estabilización y evitar un vacío de poder en Gaza.