Este proceso, supervisado por actores internacionales, avanza lentamente mientras ambas partes se acusan mutuamente de retrasos.
El análisis de los artículos revela que el acuerdo estipula que Hamás debe devolver los restos de 28 rehenes fallecidos. Según los informes, ya se han entregado los cuerpos de 21 de ellos, de los cuales las autoridades israelíes identificaron a tres como militares asesinados durante los ataques del 7 de octubre de 2023. Como contraparte, Israel ha facilitado la devolución de los cuerpos de 45 palestinos a través del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR). El proceso, sin embargo, está plagado de dificultades y desconfianza. Israel acusa a Hamás de ralentizar deliberadamente la entrega de los ocho cuerpos restantes, mientras que el grupo islamista justifica los retrasos por la masiva destrucción en la Franja de Gaza, que dificulta la localización de los cadáveres bajo los escombros. La situación se complica aún más con informes de la prensa israelí que sugieren que algunos de los restos entregados inicialmente no correspondían a los de los rehenes, lo que añade una capa de incertidumbre. La finalización de este intercambio es de vital importancia, ya que se presenta como una condición indispensable para avanzar hacia una segunda fase de la tregua, convirtiéndolo en un barómetro de la viabilidad de una desescalada más amplia en el conflicto.













