Sus esfuerzos se centran en mantener el cese al fuego, facilitar la ayuda humanitaria y gestionar la compleja negociación sobre los rehenes. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha estado directamente involucrado en los esfuerzos diplomáticos. Antes de iniciar una gira por Asia, realizó una escala en Catar para reunirse con el emir Tamim bin Hamad Al Thani y discutir el estado de la tregua. Este encuentro subraya el papel central de Catar como intermediario clave entre las partes en conflicto. El gobierno estadounidense también fue notificado por Israel antes de que este reanudara los bombardeos sobre Gaza, lo que indica un canal de comunicación abierto, aunque no necesariamente un acuerdo sobre las acciones militares. El plan de paz, impulsado por la administración Trump, se ha visto severamente debilitado por las repetidas violaciones del alto el fuego.

A pesar de esto, la diplomacia estadounidense sigue activa, buscando evitar una escalada mayor.

Por su parte, Hamás ha hecho un llamado explícito a los mediadores para que intervengan y frenen los ataques israelíes, reconociendo así la importancia de estos actores externos en la contención del conflicto. La mediación de Catar y Estados Unidos es fundamental, ya que son de los pocos interlocutores con capacidad de dialogar con ambas partes. Sin embargo, su éxito depende de la voluntad política de Israel y Hamás, la cual parece fluctuar constantemente entre la negociación y la confrontación militar.