En un movimiento que ha generado una fuerte condena de Estados Unidos, el Parlamento israelí (Knéset) aprobó en una lectura preliminar un proyecto de ley para aplicar la soberanía israelí sobre los asentamientos en Cisjordania. Esta medida es vista como un paso hacia la anexión formal del territorio palestino y una amenaza directa al frágil proceso de paz. La propuesta legislativa, impulsada por el parlamentario Avio Maoz del partido de extrema derecha Noam, fue aprobada con una ajustada mayoría de 25 votos a favor y 24 en contra. El texto establece que “el Estado de Israel aplicará sus leyes y soberanía a las zonas de asentamiento en Judea y Samaria, para establecer el estatus de estas áreas como parte inseparable del Estado soberano de Israel”.
La votación, que coincidió con la visita del vicepresidente estadounidense J.D. Vance a Israel, fue celebrada por figuras ultranacionalistas del gobierno.
El ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, declaró que “ha llegado el momento de aplicar la soberanía plena”, mientras que el ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, exclamó: “¡Ha llegado el momento de la soberanía ahora!”.
Estos ministros ya habían solicitado la anexión en respuesta al reconocimiento del Estado palestino por parte de varios países. La medida no solo desafía la política oficial de la administración Trump, que se opone a la anexión, sino que también es considerada por Washington como un obstáculo que podría hacer descarrilar por completo el plan de paz para la región.
En resumenEl avance del proyecto de ley de anexión en la Knéset, impulsado por facciones ultranacionalistas del gobierno israelí, representa una escalada significativa. No solo socava las bases de una solución de dos Estados, sino que también crea una confrontación directa con su aliado clave, Estados Unidos, poniendo en riesgo toda la iniciativa de paz regional.