Sin embargo, su implementación ha sido deficiente.

Según la oficina mediática de Gaza, Israel habría violado el pacto 47 veces en los primeros días, causando la muerte de al menos 45 palestinos, mientras que el medio Middle East Eye eleva la cifra a 80 violaciones y 97 víctimas mortales. Entre los incidentes se incluyen bombardeos, ataques aéreos a barrios residenciales y fuego directo contra civiles, como el caso de Muhammad al-Hallaq, un niño de 10 años asesinado mientras jugaba fútbol. Israel ha justificado sus acciones alegando retrasos en la entrega de los cuerpos de algunos rehenes por parte de Hamás y afirmando que las víctimas habían cruzado una “línea amarilla”, una zona de seguridad temporal no reconocida internacionalmente. Analistas, como Dana El Kurd en The Conversation, califican este tipo de pactos asimétricos como una “paz iliberal”, impuesta por vías autoritarias que no garantizan la soberanía palestina y satisfacen principalmente los objetivos israelíes. La falta de una condena explícita por parte de Estados Unidos o la Unión Europea ante estas violaciones ha reforzado la percepción de que se mantiene una “ficción de paz” que no se sostiene en la realidad del terreno.